«La carretera se endereza hasta convertirse en una amplia calle principal bordeada por hileras de tiendas atestadas de muebles y frigoríficos de segunda mano... A la derecha se alinea una desordenada fila de comercios dedicados a la venta de pinturas, tubos de escape y sacos de grano y, más allá, se encuentra el zoo. Tras pasar un segundo puesto de control, que rara vez está abierto, la carretera prosigue hasta Nablús».«El doctor Sami Khader es el único veterinario de zoológico de los Territorios Palestinos. Corpulento y bien rasurado, viste una camisa de nailon que se tensa en torno a las axilas, y una corbata estampada de motivos africanos y chillones tonalidades naranjas, negras y doradas. El rostro es de facciones blandas, sin arrugas, y parpadea constantemente». (Amelia Thomas)En esta metáfora de la vida cotidiana en zona de guerra, que a su vez es un espejo del conflicto palestino-israelí, Amelia Thomas ha escrito una historia humana (y animal) que refleja, como pocas obras, la realidad diaria: la vida en una de las zonas más inestables del planeta.