En los inicios del siglo XXI las nuevas tecnologías y la globalización han reducido hasta tal punto el margen de actuación de los gobiernos nacionales que éstos han perdido buena parte de su poder tradicional y de sus objetivos sociales. En estas condiciones el Estado ha sido sustituido por una partitocracia y en último extremo por una oligarquía económico-política. Lo que ya habían anunciado los pensadores más lúcidos del siglo pasado, hoy se ha hecho realidad.La política se ha convertido en un negocio y los partidos compiten en un mercado inspirado por el lucro personal y apoyado en la corrupción más descarnada. Lo público se ha disuelto en una gestión privada desgobernada en cuanto a los intereses sociales y colectivos pero muy rentable para los gestores. Con la misma claridad y compromiso de siempre, Alejandro Nieto continúa el análisis que lleva realizandodesde hace más de veinte años y plasmado en obras tan conocidas como La organización del desgobierno, La nueva organización del desgobierno y El desgobierno judicial. “El modelo político-económico de la llamada civilización occidental continúa deteriorándose inexorablemente y lo quedebiera asombrarnos no es su decadencia acelerada sino la duración de su supervivencia agónica.” Del nuevo prólogo de Alejandro Nieto.