• SONRISA DE VOLTAIRE LA ( MAS FILOSOFIA PARA BUFONES )

    MÁS FILOSOFÍA PARA BUFONES

    GONZALEZ CALERO, PEDRO ARIEL EDITORIAL Ref. 9788434453951 Altres productes de la mateixa col·lecció Altres productes del mateix autor
    Cuando a Diógenes alguien le reprochó beber en la taberna, este respondió: "¿Y qué tiene de malo? Lo raro sería ir a beber a la barbería y cortarme el pelo en la taberna". A alguien que le criticó a Aristóteles haber dado limosna a un malhechor, este respondió: "Yo sólo ayudé al hombre, no a sus cos...
    Ancho: 145 cm Largo: 230 cm Peso: 294 gr
    No disponible
    14,90 €
  • Descripció

    • ISBN : 978-84-344-5395-1
    • Encuadernació : Rústica
    • Data d'edició : 01/10/2008
    • Any d'edició : 2008
    • Idioma : Español, Castellano
    • Autors : GONZALEZ CALERO, PEDRO
    • Ilustradores : GARNER, ANTHONY
    • Número de pàgines : 176
    • Col·lecció : CLAVES
    Cuando a Diógenes alguien le reprochó beber en la taberna, este respondió: "¿Y qué tiene de malo? Lo raro sería ir a beber a la barbería y cortarme el pelo en la taberna". A alguien que le criticó a Aristóteles haber dado limosna a un malhechor, este respondió: "Yo sólo ayudé al hombre, no a sus costumbres". Cuando un grupo de rencorosos aristócratas le dio una paliza al mordaz Voltaire, uno de ellos exclamó: "No le peguéis en la cabeza, de ahí puede salir algo bueno". "Buscamos la felicidad -escribió Voltaire-, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo confusamente que tienen una." Después de que los filósofos Hegel y Schelling se enzarzasen en una trifulca pública, el periodista satírico Moritz Saphir sentenció: "Los filósofos piensan oscuramente, pero maldicen con mucha claridad". Haciendo gala de una gran modestia las últimas palabras de Auguste Comte en su lecho de muerte fueron: "¡Qué gran pérdida para la humanidad!". Freud, cuyo psicoanálisis interpretaba gestos inadvertidos como expresiones del inconsciente reprimido, acabó siendo víctima de sus propias teorías y cuando en cierta ocasión, sobaba un cigarro y se percató de que alguien lo observaba maliciosamente, comentó: "A veces un cigarro no es nada más que un cigarro".   Las anécdotas y agudezas más divertidas de los grandes pensadores.