Con ilustraciones originales de Edouard de Beaumont y separata de Andrea Bastiel esta obra, publicada por primera vez en 1772 con resonante éxito, hubiera quedado en el olvido si un siglo despés Nerval y Nodier no la hubieran rescatado y reivindicado como la precursora del romanticismo francés, de la novela fantástica y la obra cumbre de la literatura demoniaca francesa.