Retrato preciso del breve e intenso romance (1935-1941) que un joven geólogo, judío alemán, inició en Bolonia con una turista sueca, a la que vería después cinco días en Estocolmo y seis más en Coburg. Cada nuevo intento de los amantes por volver a verse se truncarían: Kaufmann pasó tres años en prisión acusado de «relaciones ilícitas con una joven aria», y la maquinaria de la guerra los separó irremisiblemente.