Primera novela de Anne Brontë, árida revelación basada en experiencias autobiográficas del precario status, material y moral, de una institutriz victoriana; constituye a la vez un relato íntimo, casi secreto, de amor y humillación, en el que el "yo más severo" y el "yo más vulnerable" sostienen una dramática batalla bajo lo que la propia heroína define como "sombrío tinte del mundo inferior, mi propio mundo.