En una feria de ganado, un hombre borracho vende en pública subasta por cinco guineas a su mujer y a su hija -un bebé de meses- a un marinero. Al día siguiente, resacoso y avergonzado, jura ante Dios que no volverá a beber. Dieciocho años más tarde, es un próspero comerciante agrícola y una figura respetada de la comunidad de Casterbridge y una mujer y una muchacha se presentan ante él como la esposa y la hija que vendió.