En mayo de 1789, don Nepomuceno de Cárdenas, un ilustrado caribeño, dueño de un ingeniero azucarero y de un ingenio volteriano, embarcó rumbo a París, para ser testigo de la Revolución. Le guiaban dos deseos: aprovechar las oportunidades que el progreso le brindaba y buscar el modo de hacer felices a sus esclavos. En este libro, José Antonio Marina tensa al máximo las posibilidades del ensayo. Un ejercicio de estilo filosófico donde el tema es la experiencia política, que nace de los conflictos y nunca puede separase de ellos.