Llamo ética a la convicción revolucionaria y, a la vez,. tradicionalmente humana de que no todo vale por igual, de que hay razones para preferir un tipo de actuación a otros, de que esas razones surgen precisamente de un núcleo no trascendente, sino inmanente al hombre y situado más allá del ámbito que la pura razón cubre; llamo bien a lo que el hombre realmente quiere, no a lo que simplemente debe o puede hacer, y pienso que lo quiere porque es el camino de la mayor fuerza y del triunfo de la libertad. No quisiera que de este libro el lector sacara cuatro o cinco dogmas, ni tampoco un código, sino auténtico aliento; porque la ética se ocupa de la que alienta al hombre y en el hombre' (del prólogo de este libro). En estas páginas se tratan de modo sucinto y desde un enfoque declaradamente filosófico - no psicológico ni sociológico - los temas esenciales de la ética: su principio y fundamento, la cuestión de su posibilidad, qué es la virtud y qué vale para el hombre, cuál es el desafío que plantea el mal, la relación entre ética y política... También se habla de aquellos ámbitos situados más allá del alcance de la ética y donde ésta desemboca: el humor, el amor, lo sagrado y la muerte. Termina la obra con una respuesta a los planteamientos anti-éticos, lúcidamente crueles, del Marqués de Sade.