Un pequeño pueblo perdido en las montañas es el escenario elegido por el Nobel de 1994 para narrar una historia a través de los ojos de un niño.
La aldea está en Japón, pero podría estar en cualquier parte del globo. Los sentimientos, sobre todo los puros e intensos de los niños, son universales. En todas partes hay infantes con ganas de explorar el mundo. Imaginad un acontecimiento tan extravagante como la caída de un avión enemigo en los alrededores del pueblo. Más asombroso todavía: hay un superviviente. Nada será igual desde entonces.