«¿Qué escribes?», le preguntaron una tarde a Enrique Vila-Matas. El escritor vivía, tras Doctor Pasavento, en una permanente sensación de camino clausurado, pues sentía que había llegado al final de un cierto recorrido y ante él se abría un abismo. «Escribo el título de un libro», respondió. El título era Exploradores del abismo. En los días que siguieron, comenzaron a surgir una serie de relatos relacionados con lo que sugería ese título, historias que protagonizan seres al borde del precipicio, quienes lo estudian, investigan y analizan. Los relatos de este libro buscan puentes en un admirable abismo, historias cruzadas por la enigmática y sinuosa silueta de un equilibrista, cuyo recorrido va trazando el hilo que liga el conjunto de relatos que componen este regreso de Enrique Vila-Matas a la narrativa breve, pero también al libro inclasificable, tan alejado de la novela convencional como del típico conjunto de cuentos cerrados y correctos.