Los principales ríos de España acercan unas regiones a otras, conectan las cumbres con el litoral, y fluyen igualmente por áreas protegidas y zonas industriales. Íntimamente conectado con el subsuelo y con la superficie, el río –agrícola y urbano–, cambia con las estaciones, se esconde bajo tierra, salta para salvar alturas de vértigo y se mezcla con el agua salada que lo espera en el mar. La diversidad biológica del río y de su entorno es testimonio de su importancia como ecosistema y auténtica trama vital de nuestro territorio.