La esfinge teme al tiempo y el tiempo teme a la esfinge, dice un refrán en Egipto. Hay obras humanas que compiten en su eternidad con el propio tiempo. De algunas de ellas habla este libro. El autor ha viajado por todo el mundo a su encuentro, desde las ruinas de Roma a los colosos de Memnón en Egipto, desde los farallones de Capri a la biblioteca de Celso en la antigua Pérgamo, desde las puertas de las murallas de Constantinopla a las Torres Gemelas de Nueva York, desde el ejército de terracota de Xi’an en China hasta la ciudad perdida de Shangri-la. Vencer al tiempo siempre fue un reto para el hombre de cualquier época. Y a veces lo ha logrado a través de las arquitecturas, las obras artísticas o los muchos y variados artificios inventados por su imaginación. Donde la eternidad envejece es una apasionada e inteligente invitación al viaje, a la lectura, al conocimiento y la contemplación sensual e intelectual.