Con un pudor infinito y una enorme delicadeza, Michel Rostain nos sumerge en los entresijos de un amor absoluto y nos invita a viajar con él a lo largo del duelo más inimaginable y más temible, el de un padre por su único hijo.Un relato desgarrador pero, al mismo tiempo, cargado de humor y que transmite, por encima de todo, un apasionante amor por la vida.