Las compañías convenientes y otros fingimientos y cegueras es una reunión de crónicas, comentarios o glosas de tanta hondura en su significado como brevedad en la exposición. Cela nos presenta unas páginas que oscilan entre la caricatura, la parodia y la inmisericorde disección, que convierten lo bufo en trágico y lo dramático en cómico. Así, mientras provoca la sonrisa del lector con lances pintorescos ?la historia de Fernando López manco, avisacoches y domador de pájaros? o con llamadas al humor ?las tareas creadoras de Casiano Expósito, que escribió un soneto con estrambote y coda: «Esperancita, qué apuradamente / salí trotando al ver como el demente / de tu esposo legal, hacia mi mente / dirigió su paraguas inclemente»? nos incomoda con su reflejo de las injusticias sociales, de los desamores, de las miserias. Y es que, entre bromas y veras, sin voluntad redentora, pero con sibilina pedagogía, Cela se nos muestra siempre como un observador insobornable.