El esperanzador testimonio de Tim Guénard ha causado una enorme conmoción en Francia, donde se han vendido más de 300.000 ejemplares de su libro
Su nombre es Tim Guénard y este libro es el relato de su vida. Ha necesitado años de silencio y de amor para poder decirlo casi todo. Ha vivido lo que cuenta en estas páginas. Este libro no es pues una novela, sino el vigoroso testimonio ?crudo, enternecedor- de una vida herida por un destino terrible.
Tim fue un niño con el corazón y el rostro destrozados. Un patito feo. A los 3 años, su madre le ata a un poste de la electricidad y lo abandona en medio del bosque. A los 5, su padre le propina una brutal paliza, que lo desfigura. Atendido en el hospital en el que ha ingresado para iniciar una larga reeducación, apenas sabe hablar. A los siete años, entra en un orfanato, sufre el maltrato institucional, el desprecio, el aislamiento afectivo y acaba en la "casa de los locos". En el reformatorio, aprende a pelearse. En un mundo gobernado por la humillación, su violencia se convertirá en su único orgullo; la venganza, en su única dignidad. Sólo el odio le mantiene en pie. Tiene doce años..., y la fatalidad le arrastrará a la fuga, al robo, a la pelea, a la violación y a la prostitución. Carne de cañón.
Sin embargo, diversos factores determinantes de la resiliencia ?el encuentro con algunas personas con las que establece un fuerte vínculo afectivo, la sensibilidad artística y una innata capacidad de superación, el amor y el perdón- detendrán la rueda de este viaje en caída libre hacia la nada. Hoy Tim Guénard es un hombre feliz, un resiliente, un espléndido y hermoso cisne: "El hombre es libre de alterar por completo su destino para lo mejor o para lo peor. Yo, hijo de alcohólico, niño abandonado, he hecho errar el golpe a la fatalidad. He hecho mentir a la genética. Ése es mi orgullo".