Robert Cover es una figura atípica en el panorama jurídico, tanto en Estados Unidos como en Europa. Su prestigio casi legendario se debe a la extraordinaria profundidad de sus investigaciones, que sorprenden por la variedad y riqueza de sus referencias teológicas judeocristianas y su constante diálogo con filósofos como Gadamer, Heidegger, Sartre o Nietzsche.
Su uso de referencias no es aislado, sino conectado por una trama teórica coherente que enlaza la teoría del derecho anglosajona, la historia y teoría constitucionales de Estados Unidos, los análisis literario y económico del derecho y contribuciones feministas, como las de Carol Gilligan, en una amalgama novedosa y sorprendente.
El tema central del trabajo de Cover es la tensión entre el derecho como fenómeno cultural e interpretativo que da cohesión a los grupos humanos y, por otro lado, el derecho como ejercicio de violencia, es decir, como destructor de cohesiones.
Uno de sus temas de búsqueda más originales es la peculiar posición de grupos culturales minoritarios en Estados Unidos que reivindican la soberanía de interpretar sus relaciones con el sistema jurídico estatal a partir de la propia narración histórica que constituye su identidad. Al explorar el ejercicio de interpretación constitucional ligado al nomos de cada uno de estos grupos, Cover recurre a teorías de la interpretación tanto jurídicas como literarias y teológicas.