El idealismo alemán respresenta uno de los momentos de mayor intensidad y fecundidad intelectuales de toda la historia de la filosofía, con una insistencia casi dramática del pensamiento en el tema de lo absoluto, como muestran sobre todo las obras de Fichte, Schelling y Hegel. Su influjo en la filosofía posterior ha sido perdurable, sin embargo, los sistemas idealistas no resistieron el paso del tiempo y de sus ruinas surgieron las más diversas corrientes filosóficas: la filosofía existencialista de S. Kierkegaard y, a su lado, el positivismo y el materialismo; más tarde aparecerán el darwinismo, la filosofía vitalista y toda la corriente que parte de Feuerbach y que a través de Marx y Engels termina en el materialimo dialéctico. Al tiempo que exponen el desarrollo histórico de cada una de estas corrientes, los autores se esfuerzan por señalar sus límites y repercusiones en la filosofía posterior.