La filosofía de los siglos XVII y XVIII constituye el punto de partida del pensamiento moderno en su conjunto. Empieza examinando la veracidad de los contenidos de nuestra conciencia con métodos estrictamente científicos por medio de la razón autónoma, y sobre esta base desarrolla el sistema de nuestros conocimientos. Surgen así, por una parte, el racionalismo de Descartes, Spinoza, Leibniz y Wolff, y, en otra dirección, el empirismo de Bacon, Hobbes, Locke, Berkeley y Hume. Ambas corrientes de oensamiento se unen en la ilustración. Esta etapa culmina y queda definitivamente superada con la figura de Kant y con su crítica de la razón. Por su parte, el giro trascendental kantiano sitúa los problemas filosóficos en un nuevo plano de reflexión y señalará los derroteros del pensamiento posterior.