Como afirma el autor, la mentalidad clasificatoria
de
Occidente se preguntará dónde inscribir este libro, una
vez descartada la
posibilidad de colocarle la etiqueta de moderno, y aun la de post
moderno.
Cediendo a este afán clasificatorio, podría decirse que
se trata de una
aproximación intercultural y pluralista a un fenómeno
humano, un acercamiento
que procura plantear el problema de la experiencia mística con
el mínimo de
presupuestos del lenguaje desde el cual se habla.
En palabras del autor, este libro, cuya gestación remota ha
durado decenios,
aspira a volver a integrar la mística en el mismo ser del
hombre. La mística no
es una especialización, sino una dimensión
antropológica Todo hombres es místico,
aunque sea en potencia.