Este libro de James Alison es mucho más que un intento de construir una teología católica desde una perspectiva gay. A través de una (re)lectura profunda y original de las Escrituras, lo que el autor propone es una reflexión sobre los mecanismos que llevan a la exclusión y a la persecución del otro dentro de la Iglesia católica y de la sociedad en general. La respuesta de Alison, quien ha sido él mismo perseguido y excluido debido a su condición de sacerdote católico y abiertamente homosexual, no es ni un ataque a las instituciones religiosas, ni un alegato victimista a favor de la identidad gay. Por el contrario, la respuesta de Alison es buscar en la tradición católica la manera de superar la rabia y aprender a vivir fraternalmente y sin resentimiento, esto es, sin rebatir la violencia con más violencia.
En definitiva, lo que Alison sugiere es que en las enseñanzas de Jesús se encuentra el mensaje esencial: es posible luchar contra la injusticia desde la fraternidad.