¿Un pretencioso libro de recetas?
No; un libro basado en la analogía entre el alimento de la mente y el alimento
del cuerpo, el menú de esa filosofía que, como si de comida se tratara, elabora
el pensamiento, lo prepara, lo cocina y lo sirve a la mesa. Filosofar y
cocinar, actividades antiquísimas ambas, han permanecido a menudo ajenas la una
a la otra, entre otras cosas por la diferencia de sexo de quienes las practican:
ámbito femenino por excelencia la cocina, territorio puramente masculino la
filosofía. Pero conocer y comer están hechos de la misma pasta y son hijos de
la misma madre, como nos dejan entrever numerosas metáforas: devorar un libro,
digerir un concepto, mascar algo de latín, tener sed de saber. Estas páginas,
ingeniosas y amenas, nos introducen en un laboratorio de filosofía culinaria o,
mejor aún, en una cocina filosófica donde se reúnen estos dos mundos: comiendo
olivas e higos secos con Platón, sentados a la mesa de Kant, recostados sobre
la hierba para merendar en compañía de Kierkegaard o pelando patatas con
Wittgenstein se saborean más las ideas y se comprende mejor la riqueza cultural
de los alimentos que alegran nuestras mesas.
La obra ofrece acertadas comparaciones entre la buena estructuración retórica
de una exposición filosófica y la preparación profesional de un plato exquisito;
señala metáforas alimentarias y culinarias en la filosofía presocrática y
platónica, en los textos de Dante y en la filosofía moderna.
No faltan alusiones a las preferencias gastronómicas de ciertos filósofos, como
la mostaza de Kant, el vino de Hegel o las aceitunas de Platón. En todo este
elegante e instructivo recorrido, se combinan muy finamente profundas
reflexiones y rasgos de humor.
El espíritu general no es sin embargo una filosofía puramente enfocada desde lo
cómico, sino que elabora en buena medida lo inevitable de la inclusión de
metáforas alimentarias en la formulación de las ideas, como si lo impusiera la
propia boca, como lugar compartido que es.
En Conjunto, se trata de un paseo por el conocimiento, entre referencias muy
bien documentadas. Un paseo en libertad por todos los niveles de este curioso
fenómeno antropológico que es la coincidencia entre el discurso y la comida. en
la boca y en la mente.
Casi una obra de filosofía recreativa.
Francesca Rigotti es profesora de Ciencias Políticas en
las universidades de Göttingen, Princeton y Lugano. Ha publicado Metafore della
politica (1989) y, más recientemente, La verità retorica. Etica, conoscenza e
persuasione (1995) y L'onore degli onesti (1998).
Aparición: octubre de 2001