En cierto modo, el budismo es un profundo estudio sobre el tiempo y sobre cómo gestionarlo, porque cuanto mejor manejes tu mente y tu espíritu, menos control tendrá el tiempo sobre ti. Cada momento puede ser vivido en plenitud, libre y sin condicionamientos, y cada momento contiene infinitas posibilidades y oportunidades para comenzar de nuevo. Cada momento de consciencia elevada no tiene precio, puesto que la consciencia es el supremo valor de la condición humana. El budismo enseña cómo vivir de forma plena y auténtica, no en nuestra zona temporal terrestre, sino en lo que he llamado el tiempo de Buda, es decir, la dimensión intemporal del tiempo, el ahora absoluto.