Las Guerras de Secesión yugoslavas de 1991-2001, tuvieron un papel
histórico similar al de las Guerras Balcánicas de 1912-1913:
anticiparon acontecimientos decisivos que pocos pudieron entrever
durante su desarrollo. En plena euforia tras la victoria en la Guerra
Fría y a lo largo de una década, las grandes potencias occidentales
ensayaron allí estrategias y procedimientos que serían aplicados una y
otra vez, llegando incluso a manifestarse en los conflictos de la
Primavera Árabe, en 2011. Y también durante las Guerras de Secesión
yugoslavas la Unión Europea inició una andadura punteada por
peligrosas tensiones internas.