Otra divertida aventura de Becky Bloomwood, la incorregible «Loca por las compras»
Si en Loca por las compras dejábamos a Becky más o menos recuperada de un importante bache económico, ahora, con la lección bien aprendida, se ha propuesto comprar únicamente lo necesario para vivir, y parece que poco a poco lo va consiguiendo. Sin embargo, de repente, un inesperado viaje a Nueva York hace tambalear sus buenos propósitos.
Becky aterriza en Manhattan junto a su novio y descubre un mundo lleno de tiendas maravillosas, grandes almacenes de superlujo y ventas de muestrario, esos fantásticos lugares en los que ofrecen ropa de diseño a mitad de precio.
¿Cómo resistir a semejante tentación? Desde luego, una opción sería recordar al temible señor Gavin, el nuevo director de su banco, que carece de la sensibilidad necesaria para comprender las necesidades de Becky; y la otra, pensar en las maliciosas portadas de los periódicos ingleses, que aparentemente se han confabulado para exponer al mundo el eterno problema de liquidez de una inocente chica londinense.