Los dos problemas de Emiliano, niño de ocho años son, uno, el Armario Enorme, mueble gigantesco que ocupa más de la mitad de su cuarto y, dos, los descomunales bocadillos de mortadela sevillana que su abuela le prepara y le obliga a consumir todas las tardes con la mejor de las intenciones. El niño, que no está dispuesto a zamparse todos los días kilo y medio de pan con desmesuradas lonchas de embutido dentro, empieza a esconder las poco apetitosas meriendas detrás del armario, cuya estrafalaria forma ofrece un escondrijo muy conveniente en su parte trasera. Todo va muy bien hasta que le comunican que van a pintar el piso y que hay que mover los muebles, armario incluido. ¿Se descubrirá el pastel?