Hace quince años que el psicólogo y pedagogo Howard Gardner descubrió la existencia de inteligencias múltiples, desafiando la idea comúnmente admitida de que la inteligencia consiste exclusivamente en habilidades verbales o analíticas -el tipo de inteligencia habitualmente medida en los centros docentes. Desde entonces Gardner ha luchado por una comprensión más amplia de la mente inteligente, que abarca la creación artística y musical, el razonamiento espacial y la capacidad para entendernos a nosotros mismos y entender a los demás.
En Mentes extraordinarias, libro tan fascinante como novedoso, el autor plantea una cuestión esencial: ¿existen rasgos comunes a todos los grandes triunfadores, independientemente de su campo de acción o del tiempo empleado para realizar sus obras? Para responder a esta pregunta, Gardner examina en detalle la vida de cuatro personalidades excepcionales: Mozart, Freud, Woolf y Gandhi. ¿Qué podemos aprender nosotros de sus vidas? Curiosamente, Gardner descubre que su experiencia común no es un exceso de poder bruto, sino un talento especial para identificar sus propias cualidades y debilidades que les permiten analizar con exactitud distintos acontecimientos personales y transformar en éxitos futuros los inevitables reveses que marcan cualquier vida.
Además, Gardner brinda respuesta a otras preguntas relevantes: ¿cómo explicar la existencia de épocas extraordinarias, como por ejemplo la de la Atenas del siglo V a. de C., la dinastía Tang en el siglo VIII, la sociedad islámica en la Alta Edad Media o el Nueva York de mediados del siglo XX? ¿Existe una relación entre genio, creatividad, fama, éxito y excepcionalidad moral? ¿Contribuye el ser extraordinario a tener una vida más feliz y satisfactoria o crea, simplemente, una responsabilidad especial?