Segunda y apasionante entrega de Las Crónicas de Cronos en la que Charlotte, de trece años, está castigada desde que pasó una noche fuera de casa con su primo Zee para salvar el mundo. Ambos fueron al Submundo para rescatar las sombras de sus amigos enfermos y derrotar a Filonecron, el semidiós griego que quería destronar al rey Hades y someter a la Humanidad. Al volver, ninguno de los primos pudo contar lo ocurrido.
Por otra parte, Filonecron, que fue desterrado al mundo, pide ayuda para vengarse de Charlotte a su abuelo Poseidón, Rey de los Mares, con el que vive en un mágico yate de lujo que navega frente a las costas griegas.
Poseidón hace que el padre de Charlotte gane un crucero, y, cuando Charlotte y sus padres están a bordo, una sirena hipnotiza a los pasajeros con su canto. Solo Charlotte y Jasón, un inmortal, se libran del hechizo.
Como en Los ladrones de sombras, la autora recrea con gran habilidad e imaginación la mitología griega. Tanto que, además de hacer creíbles a los personajes humanos, hace creíbles a los divinos. Charlotte madura y se convierte en una verdadera heroína clásica: capaz de resistir el sufrimiento y de hacer lo que debe hasta el final. Pero es una heroína humana, con dudas y con miedos, y con un afilado sentido del humor, que hace que no puedas dejar de leer el libro hasta el final.