Sibylle Lewitscharoff, una de las grandes escritoras alemanas de la actualidad, explora la posibilidad de construir una identidad a través del abandono y el desarraigo y cuestiona el valor objetivo de la memoria como sustancia del yo, porque sumerge todo recuerdo en la duda. El lector quedará atrapado en una tragicomedia del odio, narrada por una misántropa del siglo XXI.