En la ciudad sumergida José Carlos Llop rescata una ciudad que ya no existe -la Palma de los años 60 y 70- enfrentándola al espejo deformante de la ciudad del siglo XXI, donde el clima se tropicaliza, hay barrios que abarcan de Fez a Shanghai y la catedral es invadida por la fauna acuática del pintor Miquel Barceló. Llop traza en estas páginas la memoria sentimental de aquella Palma por la que paseaban Jean Seberg, Robert Graves y Joan Miró, Llorenç Villalonga se atrincheraba en el Café Riskal, patrullaban los marines norteamericanos y la música de Lou Reed se escuchaba en ciertos bares de madrugada. Pero que también era el escenario donde la nobleza local velaba el catafalco de su dominio secular y el turismo alteraba el viejo orden natural. La intensidad del relato de José Carlos Llop traspasa el retrato personal y se convierte en una sutil, compleja y culta panorámica de la ciudad que fue y descansa oculta bajo la ciudad que es ahora.