Esta es la historia de dos hijos de Ahiris: Alasar-Revun y Revyn-Alasar, cara y cruz de una misma moneda, héroes y villanos a un tiempo, condenados a encontrarse, condenados a odiarse y a cumplir con un destino que cambiará el rumbo de cuantos les rodean. Amará a la hija de un rey élfico, la seguirá hasta su reino y provocará el ocaso de todo un pueblo. Con él los humanos saldrán victoriosos y los demás nos hundiremos en las sombras. Consagrará su vida a la venganza de sus seres más queridos. Será envenenado por sus parientes más cercanos, traicionado por su mejor amigo, apuñalado por su máximo admirador. Myrdanos y haradonos nunca han conocido tiempos de paz. En la última gran contienda, los myrdanos sufrieron la más humillante de las derrotas: el rey y su ejército huyeron del país, y un grupo de niños, ancianos y mujeres consiguió refugiarse en las cuevas de las rocas. Todos intentan olvidar y volver a empezar; todos menos Alasar, un niño de once años que vivirá para cumplir una promesa: vengar la muerte de sus padres. Han pasado nueve años y a oídos haradonos llegan intensos rumores de que el rey de Myrdhan está reuniendo a sus fieles. Todos los jóvenes haradonos están llamados a combatir, pero Revyn no quiere saber nada: en la última guerra perdió toda esperanza en el ser humano y ahora solo quiere olvidar. Buscará trabajo cuidando de los pocos dragones salvajes que las tropas guardan como su bien más preciado, pero pronto su tranquilidad se verá truncada y deberá tomar partido... Estamos ante una gran novela épica, que combina a la perfección el fantasy con la más tradicional novela de aventuras, sustentado todo ello por unos personajes magníficamente descritos, héroes de carne y hueso, esclavos de su tiempo, de intensas y dispares emociones; héroes que, con sus acciones, marcarán el destino de todos sus congéneres.