Toda vida es una divina comedia, con su purgatorio, su infierno y su paraíso. Todo lo que nos han prometido estaba aquí, deslizándose en el ahora.
Balada de las noches bravas es la crónica de una pasión que aspira a superar lo concebible, que sobrevuela traiciones, abominaciones y locura, y que resurge una y otra vez de sus propias cenizas, entonando un intermitente y arrebatado canto a la vida.
Esta novela sobre la bravura del amor, sobre sus momentos infernales y sus momentos celestiales tiene como marco la generación que presenció el crepúsculo de las ideologías y creció con el rock and roll. Una mujer, Beatriz, va a ser testigo privilegiado de esta ceremonia descrita desde la intimidad de un narrador que la ama y la persigue, de forma que la novela se convierte en una historia continuamente presidida por Eros, en todas sus variantes sentimentales y sexuales.
Es también la historia de los últimos afrancesados, hijos de una época en la que París era todavía el faro que guiaba a muchos aprendices de escritor que acababan convergiendo en ella y que en ella conocían el amor y el desamor.