Conmocionó la literatura cinematográfica en 1980, y marcó un antes y un después en los libros de cine. Es mucho más que una biografía sobre Bogart, muestra la genialidad del mejor crítico de este país. Como escribió Boyero, su único defecto es que sea tan corto. Como en las grandes novelas, te entra un miedo vertiginoso al ver que llega el final. Una obra maestra.