22 de junio de 1476, en la llanura de Morand la caballería borgoñona de Carlos El Temerario carga contra la infantería suiza. Cabalga en vanguardia el señor de Fivizzano, quien, visera calada, muere ensartado en una pica tras huir sus compañeros de armas. Así lo imagina su hijo, Sebastiano Vives, que sólo contaba pocos días al morir su padre. El joven noble, tras caer su castillo en manos de las tropas francesas y suizas del rey Carlos VIII, decide, en la Italia de 1494, armarse caballero en la orden de la Santa Anunciación, y unirse a las huestes del capitán de ventura Giovanni Dellanotte, llamado Malacarne, para vengar la muerte de su padre. Educado en las artes de la caballería medieval, Sebastiano encuentra entre la gente de Malacarne un sentimiento común, una hermandad de hombres para quienes la guerra contiene un componente noble; una cópula del hierro, la sangre y la carne. Pero los tiempos cambian y se va imponiendo el modelo de guerra moderna: el uso de la pólvora y las armas de fuego que ellos desprecian y que van periclitando los días de la vieja caballería.
Scurati recurre a un extremo realismo para describir las crueles batallas, las luchas por el poder y las intrigas de personajes como Savonarola, el papa Alejandro VI, el rey Carlos VIII de Francia, Lucrecia y César Borgia. Novela magníficamente documentada, con una prosa concisa y narrada en primera persona, Antonio Scurati traza en El rumor sordo de la batalla un grandioso y épico fresco de una época de cambios vertiginosos. De una Italia que se abre al Renacimiento a sangre y fuego en continuos conflictos entre los señores feudales, los franceses y los soldados españoles del Gran Capitán; de una Europa que despierta al mundo moderno de las guerras de masas.