Michele Caruso, director de la RAI en Palermo, se niega a que el auto de procesamiento de Manlio Caputo, hijo del líder de la izquierda siciliana y acusado del homicidio de su novia Amalia Sacerdote, hija a su vez de un notable diputado del partido rival, abra el informativo regional de la tarde: «Esta historia es peligrosa para todos, también para quien debe dar la noticia». Y es que «una pura y simple noticia de sucesos» no es pura ni simple en Sicilia, en donde política, mafia y familia conforman una red tan sólida, que hasta la justicia y el periodismo los dos escenarios en los que transcurre esta magistral novela están a su servicio. Y en la que unos y otros confabulan, no para encontrar la verdad, sino para esconderla. La muerte de Amalia Sacerdote no es sólo una novela sobre la corrupción política, sino también sobre la fidelidad al orden establecido: los títeres de la televisión, la farsa de los abogados, el farol del fiscal, la desaparición de las pruebas, el misterioso amante de Amalia Sacerdote& y, por supuesto, el alto precio de negarse a mirar hacia otro lado.