La investigación de Holland comienza en la cena que compartió en su casa con el libertador, y termina treinta años después con una entrevista al dictador. La autora rastrea la autodestrucción de Mugabe, y destapa la complicidad en la tragedia zimbabuense de algunas de las más respetadas figuras internacionales.
Sondeando el misterio de la lealtad de África hacia uno de sus peores políticos, Holland explora las contradicciones que nublan la vida del hombre que una vez plasmó la promesa de un continente.