Un adolescente se queda castigado en el aula después de las clases. Es un colegio de curas en los últimos años del franquismo. Sentado en su pupitre, aburrido, con los libros delante, pasa revista a su vida de los últimos años: de estudiante, de colega, de cachorro que crece con las hormonas cada vez más alteradas, de ciudadano. Un reloj ominoso, El reloj de Hitler, marca sus horas. Con estos elementos, y con un lenguaje preciso, rico y juguetón, muy propio de la gente joven, y que domina con seguridad y mano maestra, Miguel Dalmau ha levantado un libro sólido, sugerente y divertido, una novela de iniciación, un retrato profundo y cumplido, pero también cargado de humor y de ironía, de esa edad difícil en que se forman las esperanzas.