Cada día más, los ciudadanos ven la administración pública como un lugar inaccesible e incomprensible. La percepción creciente es la de que se trata de un espacio donde los ciudadanos, en vez de ser tratados como clientes, en muchas ocasiones suelen ser considerados como un problema. Un lugar donde parece que nadie sabe muy bien quien manda, ni el trabajo que hace. Un escenario lleno de tópicos y estereotipos, todos ellos muy consolidados entre la cultura popular, aunque algunos sean injustos e irreales.