La laicidad se concibe en este libro como una cultura de la cooperación de sujetos e instituciones que renuncian a imponer su hegemonía, se esfuerzan en aprender unos de otros y buscan colaborar en acciones por el bien común del país. El autor propone crear una cultura nacional del diálogo, en la que el pluralismo ideológico, moral y religioso nos enriquezca a todos.