Ricardo, cincuentón, estableció una relación por teléfono con una interlocutora ocasional. Después de meses decidieron conocerse. Él preguntó:. -¿Cómo sabré que es usted?. -Llevaré una hermosa rosa roja sobre mi jersey..El hombre llegó antes a la cita, nervioso, rogando a Dios que fuera bella y joven. De pronto, vio acercarse directamente a él a una mujer extraordinariamente hermosa, pero que no llevaba la rosa cómplice.....Cuando los grandes maestros no encontraban las palabras, ni las definiciones intelectuales para explicar las más importantes enseñanzas de la vida, recurrían a la parábola, a lafábula, al mito o al sueño.