La maldita pintura nos presenta a Seix, un pintor mexicano que al llegar a Londres es adoptado por la familia de otro pintor mayor y de más talento. Con prosa vehemente y certera, Manjarrez sigue su peripecia personal y su difícil relación con el arte, cuyo fruto puede desaparecer bajo las mentiras de la publicidad, el dinero y la fama. El dominio de la escritura permite al autor servirse de una precisa economía narrativa que contrasta con las complejas relaciones que mantienen el maestro, su mujer y su amante, y en la que las brutales transgresiones sexuales son un reflejo más del coraje con el que se enfrentan a la vida. Narrador experimentado, Manjarrez lanza sobre sus temas y criaturas una original mirada en que se mezclan la ternura y la causticidad. Para el autor, para el artista, representar es atrapar, dotar de permanencia a lo fugitivo, disciplinar el tiempo. El resultado es un relato a la vez delicioso y desasosegante, dotado de una magia alimentada por la brevedad.