La oferta turística de Azores se centra fundamentalmente en una naturaleza preservada, sin artificialidad, y un terreno no muy poblado y, por lo tanto, en inmejorables condiciones para aplicar las recetas del desarrollo sostenible.Otros valores a tener en cuenta son los de la acusada ruralidad y, tras la sangría migratoria a Norteamérica y Europa (segunda mitad del siglo XX), las bajas densidades de población, lo cual garantiza un alto nivel de seguridad y un ambiente muy tranquilo. Si a todo ello sumamos la amabilidad del trato, la situación no puede ser más favorable para el visitante.Al archipiélago, que parece haber evitado la fase del turismo depredador y preservado intactos sus recursos naturales, le ha llegado la hora de recibir a viajeros más sensibles y concienciados con una nueva forma de hacer turismo.