Situada a orillas del estuario del Escalda, la ciudad de Amberes es el tercer puerto comercial más importante del mundo después de Rotterdam y Nueva York. Con un rico legado histórico a sus espaldas, Amberes es algo más que una bulliciosa ciudad en plena expansión industrial. Rubens paseó por sus calles entre los edificios góticos y barrocos. Su casco histórico es uno de los más bonitos y animados del país. Amberes es hoy además conocida como la ciudad del diseño. Los más brillantes diseñadores belgas tienen aquí sus talleres y exponen cada año sus colecciones en la Feria de la Moda, que cobra con cada edición más y más fama internacional. Es la ciudad de compras por excelencia, que además adquiere fama por su animada vida nocturna. De hecho, cada fin de semana decenas de vuelos traen a numerosos jóvenes de otros países europeos para disfrutar de la noche de esta ciudad que reúne arte, historia, antigüedades, modernidad, diseño, compras, ambiente nocturno, decadencia, gastronomía y diamantes, muchos, muchos, diamantes.
Bruselas es una ciudad de contrastes. La ciudad de antaño -con calles impregnadas de historia y de historias-, las plazuelas con el olor inconfundible de las tradicionales brasseries, las iglesias, los palacios y casas art noveau han aprendido a convivir con el carácter internacional de los nuevos barrios y con la arquitectura más vanguardista y atrevida.
La implantación de la sede de la Unión Europea en Bruselas no sólo ha convertido a la ciudad en punto de referencia informativa para todo el mundo, sino que además ha coloreado sus calles con diferentes nacionalidades convirtiéndola en la urbe más cosmopolita del viejo continente.