Rey de Macedonia a los veinte años, Alejandro Magno es, sin duda, uno de más fascinantes conquistadores de la Antigüedad. Desde Grecia hasta la India, las ciudades más importantes fueron rindiéndose a la irresistible personalidad de este soberano fuera de lo común.
Con Bucéfalo, su indomable caballo, Alejandro arrastró a su ejército a los confines del mundo conocido, conquistando poderosos imperios, sometiendo a sus reyes, devastando territorios y ciudades, y acumulando enormes riquezas. Su ambición no tenía límites. En su imparable expansión, Alejandro construyó grandiosas ciudades y extendió la civilización griega en Oriente.