Existen pocas entidades históricas, que como esta pequeña gran región, coincidan tan nítidamente con una configuración geográfica tan definida. Y dentro de su caracterización geográfica, de la unidad y coherencia del paisaje, pocas, tampoco, que ofrezcan mayor diversidad: la Asturias interior, con sus ríos, valles, cordilleras... y la Asturias costera.
Asiento del hombre desde la lejana prehistoria, como lo prueban las cuevas de Tito Bustillo o el Buxu, Asturias es una de la comunidades con más profundas y aunténticas raíces, que sin embargo siempre mostrará el lado amable y bello al viajero curioso que sepa descubrir lo indescriptible de su paisaje o lo incomparable de su arte prerrománico.
Quizás se haya insistido con exceso en la diferencia entre Oviedo y Gijón para que sea incierto. El que sean ciudades diversas no hace más que aumentar el atractivo de ambas. Invitamos al viajero a que recorra las calles de estas poblaciones con el ánimo abierto, como lo son las gentes de las Asturias.
Playas de arenas doradas, o blanquecinas; acantilados engalanados por bosques; impresionantes escolleras... Y es que, en Asturias, el mar y la tierra siempre están en brava lucha.