México DF aparece ante el viajero que llega en avión como una inacabada concentración de edificios y, de noche, como una ilimitada extensión de luces. La primera impresión deja sin aliento. La ciudad está situada a 2.240 m de altitud en del Valle de México, en un paisaje extraordinariamente sugerente entre verdes cadenas montañosas en las que destaca al este la cima nevada de los volcanes Popocatépetl (5.452 m) e Iztaccíhuatl (5.186 m).
Sobre las ruinas de México-Tenochtitlán, capital del imperio azteca, levantada sobre algunos islotes del antiguo lago de Texcoco, y sobre los restos de la que fuera la más vasta ciudad del Nuevo Mundo se extiende hoy, a lo largo de 40 km de norte a sur y de 30 km de este a oeste, una ciudad a la que llamaron Ciudad de México.
Guadalajara disfruta de un clima templado, gracias a su altitud (1.552 m); es la segunda ciudad de México, con una población aproximada de 1.600.000 habitantes, y capital del estado de Jalisco, cuyas tradiciones, costumbres y variada producción artesanal mantiene vivas.
A todo ello se une el agradable aspecto colonial del casco histórico y una vivacidad cosmopolita típica de gran ciudad, con notables realizaciones recientes tanto arquitectónicas como urbanísticas.