La obra de Santayana nos habla de la añoranza por una sociedad ideal en la que un individuo apegado a las cosas del arte y el espíritu pudiera instalarse sin necesidad de recurrir al "exilio interior" como forma de supervivencia.
A pesar de la sensación que suele acompañar a Santayana de "estar fuera de su tiempo", su pensamiento no es solo extemporáneo sino que recoge, de forma directa e indirecta, la influencia de figuras del pensamiento político que teorizaron sobre el concepto de la opinión pública, como Alexis de Tocqueville, James Bryce y Abbot Lawrence Lowell, deja su impronta en otros como Walter Lippmann y comparte algunos de los argumentos que Floyd H. Allport utiliza para crear el concepto moderno de opinión pública.