Las cosas no son fáciles para nosotras, las mujeres, que debemos repartir nuestros esfuerzos entre la conquista del mundo profesional y seguir manteniendo nuestra entidad femenina dentro de la familia. Cuando, además, aparece un niño pequeño con necesidades básicas impostergables, demandando amor, brazos, paciencia, comprensión, leche, cuerpo, mirada y sostén, sentimos que la voracidad del bebé es exagerada y que no podemos abarcarlo todo. Si no comprendemos la angustia y desesperación que nos inunda, solemos recurrir a la solución más fácil dejando al niño en manos de otros. Este libro propone recorrer honestamente nuestras historias personales para darnos cuenta de que la imposibilidad de rendirnos a las necesidades del bebé tiene una razón de ser, ya que nosotras mismas provenimos de historias de carencias afectivas y desamparos; y para animarnos a realizar un trabajo de conciencia que puede generar una revolución en el vínculo entre madres e hijos.