A pesar de lo que mucha gente suele creer, el sexo no es un invento del siglo XX. Como es bien sabido, no hay nada nuevo bajo el sol y, en la cama, mucho menos. Nuestros antepasados más remotos estaban al tanto del uso de afrodisíacos, estimulantes y juguetes eróticos -como los anillos para el pene o los consoladores (más conocidos ahora con el nombre de dildos)-, y se habían definido ya gustos sexuales que ahora nos parecen el colmo de la modernidad o de la transgresión como los juegos de dominación-sumisión o el sexo en grupo.
En la actualidad, cada vez son más las mujeres que recurren recurren a la juguetería erótica o a la lencería de las más diversas inspiraciones, explícitamente provocadora, de inspiración sadomasoquista, en cuero o látex de rompe y rasga, con reminiscencias suavemente románticas pero con alto contenido erótico..