Es extraño encontrar en una autora tan joven una escritura que recuerda la maestría técnica de Cortázar y García Márquez. Sabemos que estas afirmaciones son palabras mayores, pero nuestra formulación no es vana, porque estamos frente a una obra con mayúsculas.Hábil, inteligente, culta, mordaz, tierna, sutil y apasionada son adjetivos que le van como anillo al dedo.Tres relatos que tocan temas apasionados, como el amor, la vida y la muerte, pero vistos bajo el prisma de la actualidad por una joven cuyos personajes, sin embargo, gozan de gran profundidad psicológica así como de una envidiable madurez.María Zaragoza es capaz de escribir grandes relatos trágicos, con un regusto agridulce, tierno y descarnado a la vez.El primero, Cuna de cuervos, inspirado vagamente en la trama novelesca del Quijote, trata de una niña con la cara quemada que se ve obligada a prostituirse y que se enamora irremediablemente de un chico que llega a su habitación para suicidarse.El siguiente, Realidad de humo, está inspirado en el relato de Ojos de perro azul del Nobel colombiano y aborda la historia de amor, tierna y descarnada, entre dos desconocidos que ni siquiera saben su nombre.Por último, Sutileza, es la narración de una historia incestuosa que termina en tragedia.
En suma, estamos ante el debut literario de una brillante futura escritora. Una joya literaria de gran rareza y extraordinaria belleza.